Sin avisar todo cambia. Sabes que lo
tienes todo, pero nada te hace feliz. La vida se derrumba ante tus pies,
intentas mirarte en el espejo y sonreír, pero simplemente no eres capaz de
hacerlo.
Los sabios dicen que cuando algo va
mal, lo único que puedes hacer es pasar página y comenzar un nuevo capitulo,
que de los errores se aprende y que hay infinitos motivos para sonreír. Dicen
que ningún recuerdo del pasado debe mandar sobre el presente. Pero no dicen que
sea fácil.
Cuando dos caminos convergen, dos
personas caminan de la mano. Juntas disfrutan de buenos momentos y, juntas
aprenden a superar los malos. Sus vidas cambian y ambos son felices. Todo
parece fácil hasta que esos caminos que sin razón un día se unieron, se separan
sin motivo alguno. Ambos corazones dejan de ser uno y pasan a ser lágrimas
solitarias que surgen en las noches desiertas. Desde el otro lado ves a la otra
persona como crece y continúa con su vida, como en su camino coincide con más
personas que te sustituyen. Mientras, tu camino parece ir hacia abajo. La
sombra del recuerdo te acompaña a donde vayas. Intentas olvidar buscando otros
corazones a los que amar, pero ninguno llena tus manos vacías como lo
hizo su alma. Quieres gritarle al mundo lo que sientes y decirle la verdad,
pero solo consigues quedarte quieto mirando como la lluvia cae sobre los cristales
de la habitación en la que estas llorando por alguien que te olvidó.
Siento admiración por
todos aquellos que caéis y seguís adelante. Pero no dudéis que yo llegaré a hacerlo.
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