Simple soñadora con la esperanza de conmover y hacer reflexionar al mundo sobre cada pequeña vivencia. Apenas llevo el tiempo necesario en esta vida como para dar consejos, pero simplemente "Sonríe", vale la pena.
martes, 21 de agosto de 2012
Simples placeres de la vida.
Soy capaz de perderme en las hojas de un libro, de experimentar las vivencias de los personajes. El autor consigue que cada palabra que leo se convierta en una sensación en mi cuerpo, produciendo adrenalina sin levantarme del suelo. Con cada novela que mantengo en mis manos, vivo una experiencia distinta, sufro y hasta lloro por vidas y personas que no conozco, y que en muchas ocasiones ni existen, pero me siento feliz cuando llego al final de cada historia.
Relajarme es algo que solo consigo cuando en mi cabeza se unen maravillosos sonidos de instrumentos formando entre ellos la cancion más bonita, la que me permite desconectar de este mundo tan raro, la que hace que con cada nota mis ojos se llenen de recuerdos convertidos en lágrimas y sin darme cuenta pierdo la vista más allá del horizonte. Cierro los ojos para evitar que alguien pueda verme llorar y, como si pudiera volver al pasado, revivo cada momento en el que esa canción estuvo presente. Puedo sentir en mi cuerpo las mismas sensaciones que entonces. Broto de alegría al pensar en aquello, pero la tristeza aparece al saber que jamás volveré a vividlo.
Botes de pintura, un lienzo y saber lo que siento. Es lo único que necesito para expresarme Cada pincelada y cada linea hacen que transforme la nada en algo. No es perfecto, es una forma de enseñar al mundo mi manera de verlo.
Hasta el simple hecho de sentarme frente al mar viendo pasar el tiempo me reconforta y hace que me sienta bien. Poder cerrar los ojos mientras siento la brisa costera acariciando mi cara no tiene comparación.
Son simple placeres, algunos más próximos y otros más lejanos, pero al fin y al cabo son esas pequeñas sensaciones las que nos apoyan a luchar por el resto.
Sin embargo, no hay sensación ni caricia más tierna que aquella que me regala la mirada de otra persona mientras esboza una sonrisa en su cara porque le gusta el simple hecho de estar conmigo. Miro sus ojos sinceros y su mano que se acerca lentamente a la mía para que le note. Nuestros dedos se entrelazan. No ha dejado de mirarme. Un escalofrío recorre mi cuerpo entero, una llama se enciende en mi interior.
En este momento pasas de no tener nada a tenerlo todo a tu lado.
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